El bruxismo es una afección cada vez más frecuente que se produce cuando se aprietan las mandíbulas en exceso pudiendo dañarse algunas piezas dentales que sufren más compresión. A menudo, también se acompaña de desplazamiento de las mandíbulas en el plano horizontal originando un desgaste y desplazamiento de las piezas dentales e incluso la rotura de alguna de las piezas que sufren mayor compresión.
Los dientes son los primeros afectados, pero no son los únicos. Otras estructuras afectadas por el bruxismo además de los dientes son la articulación temporomandibular y la musculatura de la cara. Los dientes son los primeros afectados, pero no son los únicos.
Bruxismo y dolor de oídos
El bruxismo se da tanto de día como de noche, pero durante la noche es más difícil darse cuenta de ello. Cuando el problema persiste y aparecen síntomas como dolores en los dientes, sensibilidad dental al frío o calor, de cabeza o dolor o inflamación de la mandíbula, es necesario tratar el bruxismo y dolor de oídos.
El tratamiento del bruxismo mediante el uso de férulas de descarga consigue proteger los dientes del desgaste provocado por la tensión y reduce, de manera paulatina el dolor de oídos.
La salud auditiva está interconectada con la salud del cuerpo en su conjunto, y no se puede separar, de la misma manera que tampoco se debe ignorar la salud en su faceta psicológica o emocional. Está comprobado que el estrés aparece en muchos casos de bruxismo
Conviene poner especial atención al bruxismo nocturno que por ser menos fácil de detectar en ocasiones camufla el origen de un desagradable dolor de oídos.
Causas del bruxismo
El origen de este trastorno, en muchas ocasiones está relacionado con el estrés y ansiedad. También con una mala alimentación y trastornos del sueño, pero prevalecen los factores emocionales.
Para disminuir sus efectos es conveniente dormir bien, relajado, beber mucha agua, no masticar goma de mascar para evitar congestión de los músculos de la mandíbula.
Síntomas del bruxismo
Algunos síntomas del bruxismo suelen ser los dolores en los dientes afectados por la presión y el desgaste, alta sensibilidad dental de las piezas dentales al frío y calor, otros síntomas no menos importantes que pueden aparecer en las zonas musculares anexas, así como dolores de cabeza y de oídos.
El dolor de oídos en estos casos, se produce por la inflamación del nervio auditivo debido a que los continuos desplazamientos de la mandíbula que comprimen el nervio en la articulación temporomandibular. El dolor de cabeza también puede aparecer como consecuencia de la tensión acumulada por la contracción continua de los músculos de dicha articulación, que actúa como una bisagra entre las dos mandíbulas.